Regresé a Islandia en un segundo viaje porque mi primer encuentro con esta tierra de paisajes surrealistas dejó una profunda impresión en mí, despertando un deseo insaciable de explorar más. La majestuosidad de sus glaciares, cascadas rugientes y campos de lava volcánica creó en mí una conexión emocional que me llamaba de vuelta.
Además, la oportunidad de presenciar fenómenos naturales únicos como las auroras boreales y la interacción con la cálida hospitalidad de su gente me atrajeron una vez más. Este segundo viaje no solo prometía la exploración de nuevos lugares y experiencias, sino también la oportunidad de sumergirme nuevamente en la asombrosa belleza de Islandia y profundizar mi conexión con su fascinante cultura y entorno natural.